At home surfing the net we find comfort in the online pics of the latest celebrity. Comments, videos, news and gossip are immortalized in Virtuality. A world where our reality is consciously shaped by our likes and preferences. A place where there's something to do every minute of every day.
We spend hours watching the video of a cat following the green led light on the floor instead of feeding one. Playing a game on a server in Taiwan, following the laws of algorithms instead of physics. Chatting with an avatar of a person instead of your neighbor. Growing your followers instead of growing yourself. Because is not who we wish we were but who we are. And we are online people instead of people who are online.
And I don't write as somebody who is free from this malaise but as a person affected by the wasting of life online. We are loosing our chance to breathe and enjoy these minutes. To smell
these seconds. To be one with God and the greatness of our world. To
see the beauty of a rainbow, not through a picture but outside our
window. To feel the mustiness of a humid day in July. To argue face to
face with a friend after a game of soccer. To cement or create
relationships. To experience the real stars in a dark night and be in awe of the moment and the smallness of you.
Not caring about videos or news or showing what you know or
where you've been or what you're eating or who you know but to experience
life. Leaving
the world of apps, games and links where it belongs. In the servers of a
reality that it's not only virtual but fake.
Julio Sang
07/18/2012
02/12/2015
Thursday, February 12, 2015
Tuesday, February 10, 2015
Recordando el olvido (En memoria de mi Abuela)
Camino deteriorado por hoyos y poco asfalto mueve el vehículo
lentamente de arriba hacia abajo. La música de fondo, el chófer hablando,
el sol y el viento en mi cara y yo sentado de camino a la realidad.
Le estaban dando de comer en la sala. Masticaba la primera y
última cucharada de comida a la misma vez y con la misma intensidad.
Para ella el ahora es lo único que existe. Memorias del pasado vivido eran
rayos de luces tragados por el hoyo negro del Alzheimer. Nada escapaba.
Palabras, holas y te quieros eran solo sonidos. Miradas, sonrisas, abrazos y
besos eran solo gestos. Ella seguía comiendo y yo seguía pensando.
Llegan recuerdos de una persona muy única. Batas, dichos y andar descalza.
Tres recuerdos tan lejanos como la ultima vez que hablé con mi abuela.
Quisiera decir años pero son mas cercanas las décadas. Tengo deseos
de contarle toda mi historia. De como anda su nieto por el mundo.
De las cosas que he visto, de lo poco que la recuerdo y lo mucho que la quiero.
Pero es difícil. Es un barril sin fondo de preguntas sin respuestas.
Busco que en cierta frase o mención de mi padre, de mi abuelo o sus hermanos,
de su ciudad, de su familia y de sus recuerdos reconozca quien soy y porque la veo.
Busco una sonrisa, un gesto de verdad, una validación de su vida, una compresión
de su historia, busco entendimiento. Busco una sombra pero no abro los ojos porque
es de noche y no quiero encontrar la realidad de la penumbra.
Pero señales de humo comunican vida. Mientras estoy a su lado empieza a
cantar "Cielito Lindo", una de sus preferidas y cantamos con ella y reímos y gozamos
esos minutos de lucidez. Termina de cantar, empieza la distancia y vuelve el silencio.
El cantar se transforma en un abrir y cerrar de la boca. Quiere comer.
Se va mi abuela sin moverse ni decir adiós. Le doy un beso y no puedo combatir los pensamientos.
Maldito el dia en el que te fuiste. Maldito el tiempo que pasa contigo en el abismo.
Maldita mi distancia y mi poco interés. Maldita mi mala memoria porque después de
tantos años los recuerdos pueden ser inventados o vividos y no te tengo para verificarlos.
Maldita la sombra que te cubre del resplandecer de tu familia, tus recuerdos y
te aparta de nuestra cercanía.
Abuela de mi vida. Miento si te digo que te recuerdo. Lloro si te digo que vuelvo pronto.
Sufro si te digo que disfruté nuestro encuentro. Lamento si te digo que te extraño.
Y olvido para no recordar que no te tengo.
Julio Sang
11/02/2008
02/05/2015
"He aprendido a estar satisfecho en cualquier situación en la que me encuentre"
Filipenses 4:11
"Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso."
Mateo 11:28
lentamente de arriba hacia abajo. La música de fondo, el chófer hablando,
el sol y el viento en mi cara y yo sentado de camino a la realidad.
Le estaban dando de comer en la sala. Masticaba la primera y
última cucharada de comida a la misma vez y con la misma intensidad.
Para ella el ahora es lo único que existe. Memorias del pasado vivido eran
rayos de luces tragados por el hoyo negro del Alzheimer. Nada escapaba.
Palabras, holas y te quieros eran solo sonidos. Miradas, sonrisas, abrazos y
besos eran solo gestos. Ella seguía comiendo y yo seguía pensando.
Llegan recuerdos de una persona muy única. Batas, dichos y andar descalza.
Tres recuerdos tan lejanos como la ultima vez que hablé con mi abuela.
Quisiera decir años pero son mas cercanas las décadas. Tengo deseos
de contarle toda mi historia. De como anda su nieto por el mundo.
De las cosas que he visto, de lo poco que la recuerdo y lo mucho que la quiero.
Pero es difícil. Es un barril sin fondo de preguntas sin respuestas.
Busco que en cierta frase o mención de mi padre, de mi abuelo o sus hermanos,
de su ciudad, de su familia y de sus recuerdos reconozca quien soy y porque la veo.
Busco una sonrisa, un gesto de verdad, una validación de su vida, una compresión
de su historia, busco entendimiento. Busco una sombra pero no abro los ojos porque
es de noche y no quiero encontrar la realidad de la penumbra.
Pero señales de humo comunican vida. Mientras estoy a su lado empieza a
cantar "Cielito Lindo", una de sus preferidas y cantamos con ella y reímos y gozamos
esos minutos de lucidez. Termina de cantar, empieza la distancia y vuelve el silencio.
El cantar se transforma en un abrir y cerrar de la boca. Quiere comer.
Se va mi abuela sin moverse ni decir adiós. Le doy un beso y no puedo combatir los pensamientos.
Maldito el dia en el que te fuiste. Maldito el tiempo que pasa contigo en el abismo.
Maldita mi distancia y mi poco interés. Maldita mi mala memoria porque después de
tantos años los recuerdos pueden ser inventados o vividos y no te tengo para verificarlos.
Maldita la sombra que te cubre del resplandecer de tu familia, tus recuerdos y
te aparta de nuestra cercanía.
Abuela de mi vida. Miento si te digo que te recuerdo. Lloro si te digo que vuelvo pronto.
Sufro si te digo que disfruté nuestro encuentro. Lamento si te digo que te extraño.
Y olvido para no recordar que no te tengo.
Julio Sang
11/02/2008
02/05/2015
"He aprendido a estar satisfecho en cualquier situación en la que me encuentre"
Filipenses 4:11
"Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso."
Mateo 11:28
Subscribe to:
Posts (Atom)